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Tradición y Revolución

El Crismón.

El Crismón.

  Este símbolo representa el anagrama de Cristo, y está formado por la superposición de varias letras que han cambiado a lo largo de la historia.

  En un principio, cuando las primeras comunidades cristianas comenzaron a emplear este signo, su morfología consistía en la superposición de una X (ji) y una I (iota); representando de este modo a las dos iniciales de Iesus Christos.

  Posteriormente, el anagrama de Cristo sufrió una transformación: la sustitución de la I por una P (ro); representando de este modo la abreviatura del nombre de Cristo, XP (ΙΣΤΟΣ), a través de las dos primeras letras de este nombre.

  Este segundo modelo de Crismón ha sido empleado desde la época de Constantino, según la tradición cristiana desde después de que un ángel se lo mostrara a este emperador durante un sueño que tuvo en las vísperas del enfrentamiento con Magencio. Según el narrador Eusebio, el ángel le dijo al Emperador “in hoc signo vinces” (“con este signo vencerás”) mientras le mostraba este anagrama; y al día siguiente, después de sustituir los estandartes paganos por el Crismón, obtuvo una gran victoria sobre su adversario el la batalla del Puente Milvio (28 de Octubre de 312).

  El anagrama de Cristo también suele ir acompañado por las letras griegas alfa y omega, es decir, la primera y la última de este alfabeto. Con esto se hace referencia a la sentencia pronunciada por Jesucristo en Apocalipsis 22,13: “Yo soy el alfa y el omega”; haciendo referencia a su condición de ser el origen y el destino de la humanidad. Esto se empleó con la llamada “Cruz de la gloria eterna”, consistente en una cruz latina con las dos letras griegas a derecha e izquierda.

  La última evolución del anagrama de Cristo consistió en la superposición de los dos modelos anteriores, el de Constantino y la cruz latina con el alfa y omega, resultando de este modo el símbolo que aparece en la cabecera del texto.

  Por último, el Crismón también suele ir acompañado de un círculo que lo enmarca. Con esto se hace referencia a la condición divina de Cristo, ya que la esfera es un elemento que carece de principio y de fin, y que por tanto es eterna.

 

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